CLAROSCURO

AÑO 2000 / VALPARAÍSO / CHILE

Compañía Claroscuro / Obra: Detrás del Eclipse

Año: 2000

Detrás del Eclipse marcó el inicio de un camino que, aunque breve, estuvo lleno de aprendizajes, experimentaciones y transformaciones radicales. Fue la primera y única obra exhibida por la Compañía Escénica de Artes Visuales, Claroscuro, un proyecto que surgió en un Chile aún marcado por estructuras rígidas y convenciones heredadas. En ese contexto, Claroscuro representó una ruptura y un cuestionamiento a lo establecido, desafiando las expectativas de lo que se entendía por escena teatral o visual.

Una Revolución en el Escenario

El proyecto significó abandonar las bases tradicionales de la representación escénica:

  1. Vaciamiento del escenario: No hubo actores, intérpretes ni personajes en el sentido convencional.
  2. Presencia sensorial sobre guión estructurado: Se reemplazó el texto por la potencia de las imágenes proyectadas, donde la narrativa era sugerida y abierta.
  3. Interacción con dispositivos de proyección: Las imágenes proyectadas se manipulaban manualmente, creando composiciones efímeras que transformaban la percepción del espacio en tiempo real.
  4. Exploración del espacio: Telones translúcidos y móviles, manipulados por intérpretes camuflados, generaban un ambiente mutable y envolvente.

El momento de quiebre llegó con la incorporación de neblina artificial, que permitió que la luz proyectada adquiriera volumen. Una simple diapositiva hecha de cartón perforado con un alfiler cobró vida tridimensional, desbordando los límites del escenario y eliminando la separación entre espectador y escena.

Este acto no solo rompió con la puesta en escena tradicional, sino que también inauguró un espacio de exploración donde todo era posible. El escenario dejó de ser el centro sagrado de la experiencia escénica, dando paso a un entorno inmersivo donde intérpretes y espectadores compartían un mismo espacio transformador.

Un Cambio de Paradigma

Con esta obra se cristalizó una idea que sería clave en proyectos posteriores: la integración del espectador dentro de la obra, envolviéndolo en un espacio donde cada superficie podía ser una pantalla y cada rincón una posibilidad creativa.

Se comenzó a proyectar en techos, paredes y espejos de agua, modelando la luz para transformar todo el entorno en una experiencia sensorial total. El público podía observar el proceso de creación en tiempo real, presenciando cómo las imágenes se construían manualmente, sin el velo de la tramoya tradicional.

Crisis y Transformación

El avance técnico y conceptual de Claroscuro eventualmente sobrepasó a la compañía. La complejidad del siguiente proyecto, El Estanque de Mnemosine, marcó el final de esta etapa. La compañía sucumbió ante la magnitud del desafío, lo que llevó a una crisis creativa y organizativa.

Sin embargo, este colapso fue también un punto de inflexión. La experiencia acumulada en Claroscuro permitió canalizar la energía hacia nuevas direcciones:

  • Digitalización: La incorporación de sistemas digitales de proyección.
  • Automatización: El desarrollo de controles más precisos para manejar la complejidad técnica de las obras.

Un Legado Vivo

Aunque breve, la existencia de Claroscuro fue un catalizador para repensar los límites del arte inmersivo. Su legado sigue presente en cada nuevo proyecto, en cada haz de luz que transforma un espacio, y en cada espectador que se encuentra atrapado en una experiencia sensorial única.

Detrás del Eclipse no fue solo una obra, sino un laboratorio de ideas y una declaración de intenciones: vaciar lo conocido para dar espacio a lo inesperado, explorar sin miedo y construir desde la crisis.

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